Características y ubicación
El Riachuelo es un río de escaso caudal, que forma parte de la cuenca Matanza-Riachuelo y desemboca en el Río de la Plata, en el noroeste del partido de Avellaneda, en la provincia de Buenos Aires. Sobre su curso se apoya el límite sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La superficie total que recorren los ríos y arroyos que forman la cuenca Matanza-Riachuelo es de aproximadamente 1.500 km2. Estos cursos de agua corren por los territorios de varios partidos bonaerenses; finalmente, el Riachuelo atraviesa un sector de la Capital Federal. En las cercanías de las riberas de estos ríos y arroyos viven más de cuatro millones de personas.
El Riachuelo es un río de llanura con escasa pendiente y, por lo tanto, poca velocidad. Está rectificado en su tramo inferior, porque sus curvas dificultaban la circulación de las aguas y esto provocaba inundaciones en las épocas de crecientes o cuando soplaba la sudestada.
Desde la época colonial, en las tierras ubicadas en las márgenes del Riachuelo se instalaron diversos establecimientos industriales. Muchas de estas fábricas, fundadas en muy distintas épocas, hoy ya no están en actividad; pero sus instalaciones permanecen como testigos de las profundas transformaciones ocurridas e impiden el olvido de un tiempo de pleno empleo y trabajadores ocupados.
En ese mismo contexto, ambiental e histórico, está integrado el barrio porteño de La Boca, que lleva ese nombre por estar ubicado, justamente, en "la boca" del Riachuelo.
El estado de las aguas del Riachuelo
Las aguas de toda la cuenca del Matanza-Riachuelo están muy contaminadas. Sin embargo, en la cuenca alta (desde el nacimiento hasta Esteban Echeverría) la contaminación es menor que en el tramo inferior (que es el que llega hasta la desembocadura en el Río de la Plata). En este último tramo no se desarrolla vida acuática y hay olores muy desagradables.
Por otra parte, el estado actual de las aguas y de las tierras de las riberas hace imposible el desarrollo de cualquier actividad recreativa.
En los últimos años, las autoridades del gobierno nacional y de la provincia de Buenos Aires anunciaron en varias oportunidades diversos proyectos de limpieza del Riachuelo. Pero, hasta la fecha, ninguno de esos proyectos se ha puesto en marcha.
Aun así, el grado de contaminación disminuyó como resultado no previsto de la crisis económica que afecta a la Argentina desde fines de la década de 1990: muchas de las más de 3.300 industrias radicadas a la vera del Riachuelo cerraron sus puertas como consecuencia de la recesión. En consecuencia, según un informe de la empresa Aguas Argentinas, en los últimos años, se ha registrado una disminución de la contaminación de las aguas del Matanza-Riachuelo provocada por residuos industriales.
Sin embargo, el mismo informe indica que, en cambio, aumentó la contaminación provocada por el vertido en esos cursos de agua de basura y desechos cloacales. Este último dato se explica como consecuencia de la instalación de gran cantidad de nuevos asentamientos precarios en las cercanías de estos ríos. Los habitantes de estos barrios no cuentan con los servicios básicos de saneamiento y se ven obligados a arrojar los desperdicios al Riachuelo.
El puerto
Según cronistas y narradores, el primero en dar un nombre al actual Riachuelo fue el cronista español Ruíz Díaz de Guzmán, quien en el siglo XVI bautizó a este curso de agua como "Riachuelo de los navíos".
Don Jerónimo Luis de Cabrera, gobernador interino de Buenos Aires entre 1641 y 1646 ordenó levantar un pequeño fuerte o reductillo en la entrada o "boca" de este curso de agua.
Según un documento de 1635, por entonces, el Riachuelo era utilizado como "invernadero" para los navíos. Y, según lo describía el gobernador Pedro Dávila, era un extenso estero de diez leguas, un tanto estrecho, donde podían guardarse navíos hasta de doscientas toneladas de porte.
Eustaquio Giannini (1750-1814) fue el autor de uno de los primeros proyectos para la construcción de un puerto en el Riachuelo. Propuso al gobernador intendente Sobremonte hacer una excavación en línea recta, desde el recodo que hace el Riachuelo cerca de Barracas, entre la quinta de Don Tomás Belnazátegui y la de Don Juan Díaz, para formar un canal paralelo a las barracas.
Después del 25 de mayo de 1810, la Primera Junta autorizó los primeros trabajos de canalización de este curso de agua. Y en 1823, Bernardino Rivadavia, como ministro de gobierno de la provincia de Buenos Aires, dispuso que, en ambas márgenes del Riachuelo, se dejara libre de toda construcción una franja de cuarenta varas, a lo largo de toda su extensión, para permitir el tránsito terrestre.
Por entonces, Santiago Bevans presentó varios proyectos que ubicaban sobre el Riachuelo el gran puerto que ansiaba la ciudad, pero ninguno se concretó.
En 1853, Carlos Pellegrini comentó que el Riachuelo era "el único punto de nuestra costa en que debe parar su vista el gobierno".
En 1876, el ingeniero Luis Huergo inició los trabajos de construcción del puerto con reducidos elementos: dos dragas, un remolcador y once gánguiles.
En 1878 entró al Riachuelo la goleta "Conde Cavour", el bergantín alemán "Adolph", de doscientas cincuenta y seis toneladas, y el lugre americano "Wilhermina", de cuatrocientas catorce.
En los años siguientes, continuaron los trabajos de construcción del puerto y, finalmente, el 25 de marzo de 1883, arribó el primer transatlántico, "El Italia", que tenía diecisiete pies de calado. Una medalla y un monumento recuerdan este acontecimiento histórico.
Más tarde, Eduardo Madero trabajó en el proyecto de diseño y construcción de un nuevo puerto, que incluía diques, almacenes y depósitos y que se extendió desde la usina de gas hasta la boca del Riachuelo. El llamado Puerto Madero se inauguró en 1889.